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De un momento a otro, el embarazo y el parto quedaron atrás y un nuevo integrante llegó a la familia. El recién nacido requiere de dedicación exclusiva, pero que los papás no se asusten, pues con el correr de los días, se sentirán más seguros acerca de cómo tomar, consolar y alimentar a su hijo.

Es importante que el bebé tenga un espacio exclusivo para él en la casa, pero aun así es aconsejable que durante sus primeros días duerma en una cuna al lado de sus padres. Es más cómodo para que la mamá lo amamante y más seguro para él. Eso sí, no es pertinente que el recién nacido duerma en la misma cama de sus padres, ya que ellos podrían aplastarlo o el niño podría enredarse en las sábanas o, eventualmente, caerse de la cama.

Aseo del cordón umbilical

Uno de los cuidados más importantes en sus primeros días de vida, es el correcto aseo del cordón umbilical, que se seca y se desprende alrededor de los diez días de vida. Para ello, es necesario limpiarlo en cada muda con un algodón empapado en alcohol puro. El algodón debe estar bien mojado, para que no queden fibras en el interior del ombligo que puedan producir una infección. Tampoco deben usarse productos colorantes, pues impiden observar si el ombligo está infectado.

Por lo mismo, que las mamás no teman usar alcohol puro y se abstengan de los productos que lo reemplazan, ya que si bien no arden, no se secan en la piel con la misma rapidez y la zona podría quedar húmeda. Es esencial mover con cuidado el cordón y limpiar el lugar en que hace contacto con la piel del bebé. Cuando comienza a desprenderse, surgen secreciones en la base, que de no limpiarse con cuidado podrían derivar en una infección.

Aseo diario

Durante los primeros doce a quince días de vida, y hasta que el cordón no se desprenda, el niño no debe ser sumergido en el agua, pero sí aseado todos los días con un algodón empapado en agua hervida tibia o fría. Es preferible usar algodón en vez de esponjas o paños, ya que al estar estos húmedos podrían atraer hongos. La limpieza debe empezar desde la cabeza del niño hacia abajo y terminar en sus genitales. También es importante pasar el algodón por la palma de las manos y entremedio de los dedos de las manos y los pies.

No es aconsejable usar jabón, colonias o polvos talco en los recién nacidos, pues podrían provocarle alergias. En caso de ser necesario, hay que poner unas pocas gotas sobre la ropa de superficie y use jabón de glicerina.

Por otra parte, no se deben cortar sus pequeñas uñas. Aunque por lo general son largas, son muy irrigadas y membranosas, por lo que sería peligroso hacerlo. Con cuidado, sí está permitido limarlas con una lima de papel. En todo caso, es mejor proteger sus puños con mitones de algodón, para que así no se haga daño.

Vestimenta

La vestimenta del niño de pocos días de nacido debe lavarse con jabón neutro y ser enjuagada a lo menos tres veces, para eliminar con seguridad el detergente y no causarle alergias. La ropa debe ser de algodón y no hay que vestir al niño excesivamente. Ello alteraría su circulación y temperatura.

Muda

Es ideal que el niño esté recién mudado cuando va a ser alimentado, para que se sienta cómodo y a gusto. Pero ello depende del criterio de la mamá, pues con toda seguridad el niño se volverá a ensuciar después de amamantar o incluso durante el tiempo de lactancia como un acto reflejo.

Al mudarlo, solamente se deben limpiar los genitales con un algodón humedecido con agua hervida y tibia, y luego de secarlo, se puede aplicar una delgada película de crema.

Llanto del bebé

En este periodo, los papás deben aprender a identificar el llanto de su hijo. A esta edad, los niños lloran por hambre, incomodidad o dolor. Las molestias generalmente se producen porque tiene frío, calor o porque le incomodan los pliegues de la ropa. También por cólicos provocados por gases. Por ello es tan importante botarle los gases cada vez que sea amamantado o alimentado con leche artificial.

Temperatura del bebé

Se aconseja que las mamás presten atención cuando sus hijos tienen helados los pies, las manos y la punta de la nariz. La temperatura debe ser grata de acuerdo a la estación del año y según eso también debe vestirse al niño.

Es recomendable ubicar al bebé en una habitación que reciba luz natural. Así es posible observar cualquier variación del color de su piel. La cara del niño debe ser rosada. Si se pone de un tono azulado o amarillo, significa que algo pasa.

Si la mamá aún tiene dudas respecto a si su hijo tiene la temperatura adecuada, puede tomársela debajo de la axila. Es normal que un recién nacido tenga entre 36,5° y 36,9°.

En época invernal, es aconsejable cubrirle la cabeza con un gorro de algodón y calefaccionar la casa con una estufa preferentemente eléctrica. Si no se dispone de ella, se aconseja mantener las estufas a parafina y a gas fuera de la habitación del lactante.

De paseo

Los paseos están permitidos en los primeros meses, cuidando su rostro con un pañal limpio y que no esté expuesto a frío o calor extremos. También es recomendado que los padres salgan a visitar familiares o amigos con el bebé, para que así retomen su vida con normalidad y no descuiden la relación entre ambos. Asimismo, en el hogar debe mantenerse la rutina habitual.

Puede hablarse en un tono normal y no susurrar todo el día, prender las luces para que el niño se acostumbre a que existe el día y la noche, y escuchar música a un volumen prudente. Después de todo, aunque pequeño y frágil, el recién nacido es un miembro más de la familia.

Después de la caída del cordón umbilical el bebé está listo para tomar su primer baño, el que será una muy buena experiencia para crear mayores con él.

A preparar todo

Primero debes reunir todos los elementos que utilizarás, es decir, una bañera o receptáculo pequeño con agua, de preferencia con una malla o hamaca, o colocando una toalla limpia en el fondo, para evitar contacto con el plástico e impedir que el niño se resbale; jabón de glicerina o neutro, una esponja suave, algodón, 1 o 2 toallas que alcancen para cubrirlo hasta la cabeza, pañales y una muda de ropa limpia.

El lugar escogido debe estar a una temperatura agradable, libre de corrientes de aire y sin exceso de calefacción. Además, debes elegir una superficie plana, amplia y exenta del peligro de volcarse. No es conveniente bañar al niño directamente en el lavamanos o la tina, aunque sí puedes utilizar estos lugares para depositar la bañera.

Llénala con 10 o 15 cm de agua. Para comprobar que la temperatura sea la apropiada, introduce un termómetro especial hasta que marque 32 a 34 ºC o utiliza tu codo o el dorso de la mano para verificar que no esté ni caliente ni fría.

Técnicas para un buen baño

Humedece la esponja con agua tibia y comienza a limpiar al bebé, sin jabón, fuera de la tina. Primero la cara, con especial cuidado en los ojos, pasando una mota de algodón humedecido desde el vértice interior del ojo hacia afuera, en un solo movimiento.

Para lavar el pelo, es más fácil envolver al niño en una toalla, para inmovilizarlo y así lavar y enjuagar la cabeza. Luego, jabona rápidamente las extremidades superiores, el cuello, pecho, espalda, extremidades inferiores y, por último, también con algodón, los genitales. En el caso de los niños, no es necesario retraer el prepucio, sino que basta un lavado suave y un buen enjuague. Las orejas debes limpiarlas por detrás y por encima, sin introducir nada en el canal auditivo, pues podrías ocasionar daños en su membrana timpánica.

Coloca al niño en la bañera. Sujeta su cabeza, pasando el brazo por detrás del cuello y déjalo jugar en el agua por un momento. Es probable que proteste un poco al primer contacto con el agua, pero se acostumbrará pronto y la disfrutará luego. Si después de unos minutos el bebé se muestra incómodo con el baño, sácalo del agua y continúa el aseo con una esponja o algodón húmedo.

Una vez terminado el baño, cubre al bebé con toallas suaves, sécalo con mucho cuidado -especialmente en los pliegues- y vístelo rápido. No es conveniente aplicar talco ni lociones, pues la piel es aún muy delicada.

Consejos prácticos

El primer baño se realiza después de la caída del cordón umbilical.

Nunca dejes solo al niño en la bañera, ni para contestar el teléfono ni abrir la puerta.

Baña a tu hijo antes de darle pecho, así evitarás que devuelva la leche durante el baño. Hazlo siempre a la misma hora para ir formando hábitos y, de preferencia por la noche, para que duerma más tranquilo.

Usa una esponja que sea solo para él, y guárdala cuidadosamente en un lugar seco y limpio.

No olvides tener a mano la cámara fotográfica, para registrar este especial momento.

Al momento de nacer, la piel de los niños está cubierta por el vérnix caseoso, sangre, meconio y restos celulares.

Generalmente, el vérnix caseoso es retirado solo de la cabeza, cara y genitales con una toalla limpia o algodón húmedo embebido en suero estéril, ya que el resto desaparece paulatinamente con los cambios de ropa.

Protegerlo del sol

Hasta el año edad. Evita cualquier exposición solar prolongada en las horas de mayor radiación, es decir, entre las 11 y las 16 horas; y privilegia las medidas de cuidado físico, entre ellas, el uso de gorro, sombrilla y poleras de manga larga.

Paseos al aire libre. En mayores de 6 meses se recomienda el uso de protectores como pantallas solares. En mayores de 1 año se pueden utilizar fotoprotectores (filtros solares), sobre SPF 30, además de las medidas físicas de fotoprotección. El protector solar tiene que ser aplicado media hora antes de la exposición al sol y con una adecuada frecuencia de reaplicación, idealmente cada 3 horas.

Bañar al bebé

El lavado de la piel del recién nacido -que corresponde al primer baño- se recomienda 72 horas después de la caída y cicatrización del cordón umbilical. Debe efectuarse a temperaturas de 32º a 34º, idealmente solo con agua y secado de la piel en forma suave. Su frecuencia es variable, pero se aconseja que su duración sea breve, de no más de 5 minutos.

Los productos que se usan para bañar al bebé no deben alterar los componentes de la epidermis, en especial la película grasa de la capa córnea, que cumple funciones de tipo barrera cutánea.

El uso de champú en cuero cabelludo no es esencial, pero puede utilizarse dado que provoca bajos índices de intolerancia.

Oídos y uñas

El corte de uñas debe ser semanal y cuidadoso, sin sobrepasar la placa, para evitar cortes. Los oídos deben limpiarse cuidadosamente con agua, sin incluir los canales auditivos. Se recomienda no usar bastoncitos de algodón.

Riesgo para la piel del bebé

En recién nacidos y lactantes menores, la absorción percutánea puede producir toxicidad sistémica. Esto obliga a analizar el uso de sustancias tópicas, ya que pueden provocar toxicidad. El uso de cremas debe ser cuidadoso, pues provocan dermatitis irritativas, especialmente las que contienen perfumes, colorantes o preservantes. Los talcos no se recomiendan porque se ha descrito inhalaciones accidentales con inflamación, formación de granulomas y fibrosis pulmonar.

Cuidados del ombligo

El ombligo generalmente se seca y cae después de 5 a 10 días desde el nacimiento. Se aconseja limpiarlo con soluciones no coloreadas, como alcohol o clorhexidina, y no utilizar povidona yodada, por el riesgo de toxicidad sistémica que implica para el niño.

También es importante saber que los ungüentos sobre el cordón retrasan su caída.

Telas suaves

La ropa del bebé debe ser principalmente de algodón, y ante todo es recomendable evitar el uso de prendas sintéticas. Es necesario cuidar de no sobreabrigar al recién nacido, lo que se puede lograr a través de una técnica sencilla: para saber cuántas capas de ropa colocar, solo hay que sumar una capa más a la que el adulto lleva puesta.